Deambulo por las bulliciosas calles de Atenas, sintiendo el pulso de una ciudad impregnada de historia pero llena de energía moderna. Ruinas de mármol de antiguos filósofos y templos susurran historias de sabiduría y creatividad, recordándome que esta es la cuna del pensamiento occidental. Los cafés bullen de conversaciones, las calles rebosan de turistas, y sin embargo, percibo un hambre más profunda aquí: una sed de verdad que solo Jesús puede saciar.
Atenas es una ciudad de contrastes. Su población es diversa, moldeada por siglos de migración, invasiones e imperios, y hoy en día muchos musulmanes, inmigrantes y minorías étnicas conviven con griegos que, en gran medida, han olvidado a Dios. Solo una pequeña fracción —alrededor del 0,31% de la población— se identifica como evangélica, y siento el peso de la cosecha en mi corazón. Esta ciudad, tan rica en belleza y cultura, necesita aires frescos y un nuevo fuego del Espíritu Santo.
Rezo mientras paso por el Partenón y las concurridas plazas, pidiéndole a Dios que despierte los corazones de Atenas. Imagino las iglesias en las casas multiplicándose en los barrios, los discípulos caminando con valentía por las calles y los mercados, y un movimiento de oración que surge y que no se puede ignorar. Cada idioma, cada origen, cada persona en esta ciudad es parte del campo que Dios anhela cosechar.
Atenas ha traído al mundo filosofía, arte y democracia, pero anhelo ver que también le dé la luz de Cristo. Siento que Dios llama a su pueblo a levantarse, proclamar la verdad e irradiar su Reino en cada rincón de esta ciudad antigua y moderna.
Por los no alcanzados: Oremos por los kurdos del norte, los árabes sirios, los griegos, los musulmanes, los inmigrantes y las minorías étnicas de Atenas que nunca han conocido a Jesús. Pidamos a Dios que ablande sus corazones y les abra las puertas al Evangelio. Salmo 119:8
Por los hacedores de discípulos: Oremos para que los hombres y mujeres de Atenas vivan en el Espíritu, compartan con valentía la Buena Nueva y formen discípulos que se multipliquen en los barrios. Mateo 28:19-20
Por las iglesias en casas y su multiplicación: Oremos para que las iglesias en casas crezcan y se multipliquen en cada distrito de Atenas, en los 25 idiomas de esta ciudad, creando comunidades de creyentes que se apoyan mutuamente y alcanzan sus vecindarios. Hechos 2:47
- Por un despertar espiritual y valentía: Oremos para que el Espíritu Santo traiga viento y fuego fresco a la ciudad. Pidamos a Dios que dé a los creyentes valentía, sabiduría e intimidad con Él al compartir su Reino. Josué 1:9
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