
Vivo en Bhopal, la capital de Madhya Pradesh, en el centro de la India. Aunque no es tan grande como otras ciudades indias, Bhopal tiene una profunda influencia espiritual. Aquí se encuentra el Taj-ul-Masjid, la mezquita más grande de la India. Cada año, miles de musulmanes de todo el país acuden a nuestra ciudad para una peregrinación de tres días. El sonido de las oraciones por los altavoces llena el aire y me recuerda a diario el anhelo de verdad y paz que anida en los corazones de la gente.
La India en sí es vasta y diversa, con cientos de idiomas, grupos étnicos y tradiciones. Nuestra historia está llena de brillantez y de fragilidad: artes, ciencias, filosofías, y, sin embargo, con tantas capas de división: casta, religión, ricos y pobres. Estas fracturas a menudo resultan abrumadoras, y aquí en Bhopal, las veo manifestarse en la vida cotidiana.
Pero lo que más me pesa en el corazón son los niños. India tiene más pequeños abandonados que cualquier otra nación: más de 30 millones. Muchos deambulan por las calles y las vías del tren, incluso aquí en mi ciudad, buscando comida, familia y amor. Cuando los veo, recuerdo que Jesús dijo: «Dejad que los niños vengan a mí».
Esta es la esperanza a la que me aferro en Bhopal. Que en medio de las oraciones que resuenan en las mezquitas, los llantos de los huérfanos en las calles y las divisiones de nuestra sociedad, se escuche la voz de Jesús. Y que su iglesia, aunque pequeña, se levante con compasión y valentía para entrar en los campos de cosecha que nos esperan.
- Oremos para que los innumerables musulmanes que llegan a Bhopal cada año para peregrinar encuentren al Cristo vivo, quien es el único que satisface el anhelo de sus almas.
- Oremos por los niños de Bhopal, especialmente los huérfanos que deambulan por las calles y las estaciones de tren, para que sean abrazados por el amor de Dios y llevados a familias de fe seguras.
- Oremos para que la pequeña pero creciente iglesia en Bhopal sea valiente y compasiva, sirviendo a los pobres, superando las divisiones de castas y haciendo brillar la luz de Jesús en palabras y hechos.
- Oremos por la unidad entre los creyentes de esta ciudad, para que juntos podamos ser un claro testimonio del Reino de Dios en un lugar lleno de búsqueda espiritual.
- Oremos para que el Espíritu de Dios rompa las fortalezas de la división, la pobreza y la religión falsa en Bhopal, y para que muchos doblen sus rodillas ante Jesús como Señor.



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