Recorro las concurridas calles de Pekín, una ciudad que ha sido el corazón palpitante de China durante siglos. Aquí, templos antiguos se alzan junto a relucientes rascacielos, y la historia susurra en cada callejón. Mi ciudad es inmensa —millones de voces que se mueven juntas—, pero bajo el ruido, hay un anhelo espiritual que pocos se atreven a mencionar.
China tiene 4.000 años de historia, y aunque muchos nos consideran un solo pueblo, conozco la verdad: somos una nación de muchas tribus y lenguas, cada una anhelando algo más grande que la política o la prosperidad. En las últimas décadas, he observado con asombro cómo el Espíritu de Dios se ha manifestado en nuestra tierra: millones de mis hermanos y hermanas han entregado sus vidas a Jesús. Sin embargo, al mismo tiempo, enfrentamos una oposición aplastante. Amigos desaparecen en las cárceles. Los creyentes uigures sufren en silencio. Todo acto de fe tiene un precio.
Aun así, la esperanza arde en mí. Creo que Pekín, con todo su poder e influencia, puede ser más que una sede de gobierno: puede convertirse en una fuente de agua viva para las naciones. Mientras nuestros líderes impulsan a China hacia el exterior mediante la iniciativa "Una Franja y una Ruta", oro por un camino más grande, uno bañado en la sangre del Cordero, que conduzca a las naciones al Rey Jesús.
Sé que el avivamiento ya ha comenzado aquí, pero anhelo el día cuando cada pueblo, cada minoría, cada familia en esta gran tierra clamará, no a los ídolos del poder o la tradición, sino al Dios vivo que se ha dado a conocer en Jesucristo.
- Oremos por valentía en la persecución:
Pide a Jesús que fortalezca a los creyentes de Pekín para que se mantengan firmes, incluso ante el encarcelamiento, la vigilancia o el rechazo. Que su fe brille como testimonio para quienes observan su perseverancia. Proverbios 18:10
- Oremos por la unidad entre los grupos étnicos:
Oren por los diversos pueblos de China —han, uigur, hui y muchos otros— para que el Evangelio supere las divisiones y los una como una sola familia en Cristo. Gálatas 3:28
- Oremos por el avance del Evangelio a través de la influencia:
Pekín es el centro cultural y político de China. Oremos para que los que toman decisiones, los líderes empresariales, los educadores y los artistas encuentren a Jesús y que su influencia difunda la verdad por toda la nación. Mateo 6:10
- Oremos por los creyentes uigures y minoritarios:
Clamemos por protección, valentía y esperanza para los musulmanes uigures y otras personas que se están convirtiendo a Jesús a pesar de su gran riesgo. Oremos para que su testimonio impulse movimientos en los lugares más oscuros. Juan 1:5
- Oremos por una gran cosecha en China:
Pidan al Señor de la Mies que envíe obreros desde Pekín y de toda China a las naciones, para que la ola de avivamiento aquí se extienda hasta los confines de la tierra. Mateo 9:38
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