¡Hola! Hoy visitaremos festivales y celebraciones llenas de color. ¡Imagina la alegría que llena nuestros corazones, no solo por las fiestas, sino por Jesús, la verdadera Luz del Mundo!
¡Lee la historia!
Lucas 14:15–24
Introducción de la historia...
Un hombre preparó un gran banquete. Cuando los invitados se negaron, dio la bienvenida a los pobres, discapacitados y forasteros de la calle. El Reino de Dios es así: ¡todos están invitados!
Pensémoslo:
Dios no solo invita a los ricos, inteligentes o poderosos. Él acoge a todos, incluso a quienes se sienten insignificantes. Jesús hace espacio en su mesa para cada persona. En su Reino, no hay forasteros. Tú y yo somos bienvenidos, y también lo son los niños de todo el mundo.
Oremos juntos
Gracias, Padre, porque tu Reino está abierto a todos. Ayúdame a acoger y amar a las personas, como tú lo haces. Amén.
Idea de acción:
Reserve un lugar extra en la cena como recordatorio para orar por los niños que aún no conocen a Jesús.
VERSÍCULO DE MEMORIA:
“Por tanto, recíbanse los unos a los otros, como Cristo los recibió.” — Romanos 15:7
El pensamiento de Justin
Quedarse fuera duele. Pero cuando alguien dice: "Únete a nosotros", se siente como la vida. El Reino de Dios es así. Jesús invita a todos. Esta semana, invita a alguien que se sienta excluido.
Los adultos
Hoy, los adultos oran por los dalits y otras personas afectadas por la casta. Piden a Jesús que traiga sanación, dignidad e igualdad mediante la bienvenida y el amor de su Reino.
OREMOS
Señor, da la bienvenida a los niños dalit a la familia de Tu Reino con alegría.
Jesús, rompe las barreras de casta y muestra a todos el mismo amor.