Hoy quiero hablar de sueños. Todos, jóvenes y mayores, tenemos sueños.

Sueño con ser oradora y escritora... pero la vida no siempre es tranquila. El camino no siempre está claro.

Me diagnosticaron un trastorno grave del habla. No hablé bien hasta los cinco años. Horas y horas de terapia me ayudaron a llegar a donde estoy ahora, todavía entrecortado y con dificultades.

¿Alguna vez tengo autocompasión?
¿Siento pena por mí mismo?
¿Alguna vez me rindo ante mi sueño?

¡No! Sólo me ha hecho trabajar cada vez más duro.

Déjame ser honesto contigo, de vez en cuando sí.

Podría sentirme frustrado, cansado y un poco desanimado con mi situación.

Entonces, ¿qué hago normalmente? ¡Respira, descansa y relájate pero nunca te rindas!

Justin Gunawan (15)

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A Justin le diagnosticaron autismo a los dos años. No pudo hablar hasta los cinco. Recibía 40 horas de terapia a la semana. Quince escuelas no lo aceptaron hasta que finalmente encontró una. A los siete años, su capacidad de escritura se evaluó con solo un 0,1%, pero los esfuerzos de su madre por enseñarle a sostener un lápiz y a escribir dieron sus frutos. A los ocho años, una editorial nacional publicó sus escritos.

A pesar de sus dificultades para hablar y de las luchas diarias con su autismo, Justin usa su escritura para inspirar y animar a otros en todo el mundo, convirtiendo sus desafíos en una fuente de fortaleza. Sus escritos se pueden ver en Instagram @justinyoungwriter, donde continúa compartiendo su experiencia y conectando con personas de todo el mundo.